Spin-off

Spin-off

martes, 23 de mayo de 2017

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Nueva York, Estados Unidos
Ivel

  Silencio como aquél era necesario después de los días que habíamos tenido. Nos mirábamos el uno al otro, contemplándonos mientras el tiempo dejaba de correr o así nos parecía, sentía que él lo hacía posible para mí; acaricié su mejilla y sonrió, su cara de niño en paz era hermosa, tenía una sonrisa traviesa que me encantaba. Esa arruga en el entrecejo que se le hacía cuando lo fruncía por la preocupación que implicaba su cargo, desaparecía estando juntos; yo había regresado en la madrugada de mi viaje a Los Cielos, a él lo devolví a Assiah unos quince minutos después de presentárselo a Circe, ella quedó feliz por haberlo conocido. 
  Supe del parentesco entre Cage, Josh y Circe porque Cage recordaba a su madre y tenía una foto suya oculta que Josh y yo encontramos sin querer. La reconocí porque Medea fue una Maga famosa entre los inmortales además de haber sido amiga de mi madre. 
     La sobrina de Circe era Grande como su tía.
    Resultó una hermosa casualidad terminar enamorada del hijo de la mejor amiga de mi madre.
     
-Tenemos que pensar en un nombre.-Acarició mi vientre, mi piel se erizó-. Un nombre hermoso como tú, Pequeño Ángel. Me muero por ver a nuestra princesa-sonrió.

-Tendrá tus ojos, y tu sonrisa....

-Un poquito de ti y de mí.-Su mano seguía en mi vientre, paseándose y provocando placenteros escalofríos en mí-. Illyasviel-dijo de pronto.

-¿Illyasviel?-Fruncí el ceño considerando el nombre, era bonito y sabía exactamente la razón de que pensara en él-. El nombre que usaba tu madre para disfrazar su verdadera identidad-dije, acercándome más a su cuerpo, me abrazó.

-Podemos cambiarlo si quieres, estamos a tiempo.

-No, me gusta. Es hermoso, mientras no sea un nombre compuesto entre los nuestros o los de nuestras madres por mí podría llamarse de cualquier forma.-Ambos reímos. Me incorporé un poco para mirarlo a los ojos-. Me gusta.

    Besó la comisura de mis labios, se alejó con la boca entreabierta y la respiración irregular; la siguiente en buscar el roce de nuestros labios fui yo, despacio, pero necesitado.      
     Su mano subió de mi vientre a mi cintura, sonrió en mi boca cuando profundicé el beso y jadeé sintiendo su lengua rozar mi labio inferior. Me aparté sentándome a horcajadas sobre él, me quité la parte superior de mi ropa de dormir permitiendo a su mano acceso a mi piel, subió por mi abdomen hasta mi pecho y volvió a bajar para subir de nuevo y acariciar mi pezón derecho, pellizcó y masajeó mordiendo su labio inferior y con los ojos sin apartarse de los míos. 
      Me paré en la cama encima de mi marido, él tan sólo sonreía mientras me ocupaba de quitarme el corto pantalón y las bragas para lanzarlas a un lado, fui bajando despacio hasta besar sus labios, cogí su sexo dirigiéndolo a mi entrada y lo introduje en mí, sentándome mientras sus manos se situaban en mis caderas. Empecé a moverme sobre él, para él. 
    Reí cuando me detuve y Josh maldijo, tomé la sábana, le guiñé un ojo y nos la eché encima.

*

   Serví el desayuno escuchando música del tocadiscos que teníamos en ese apartamento secreto que usamos desde que empezamos a vernos en serio y no sólo para acostarnos. 
   No entendía la música de la época que corría, me gustaba mucho más escuchar a Bach, Vivaldi o a Debussy, por suerte a Joshua no le molestaba. Al fondo, de las Cuatro Estaciones de Vivaldi, sonaba Otoño, Josh entró al pequeño comedor aún en bata de baño. Reí, sintiendo sus brazos rodear mi cintura y besarme la mejilla. Me cargó haciendo que casi se me cayera el zumo de su vaso, llegué a ponerlo en la mesa y él me llevó hasta la sala.
    Sentándome en su regazo se quedó muy quieto observándome.

-¿Tengo algo en la cara?-le pregunté-. ¿Mantequilla? ¿Mermelada en la nariz?

-¿Cómo llegaría mermelada a tu nariz si no has empezado a desayunar?

-No sé, pasan cosas extrañas cuando cocino-respondí. Besó mi nariz y sonrió-. Es porque tenemos que abandonar este sitio, ¿me equivoco?

-Ya es un secreto a voces, mis escoltas y los tuyos sabrán dónde buscarnos cuando necesitemos un respiro de todo y no quieran dárnoslo. No es un escondite seguro para ninguno de los tres.

-Me gusta cuando hablas de los tres.-Tomé su rostro entre mis manos-. Pero tienes razón, hasta Amshel sabe de este lugar.-Llamaron a la puerta en ese momento, bufé al percibirlo-. La expresión "hablando del Rey de Roma" nunca tuvo más sentido.

    Josh fue a vestirse mientras yo me dirigía a abrir la puerta.
    No me equivocaba, mi hermano aguardaba con una seriedad muy poco usual en él. Además no estaba solo, la compañía que tenía no es que no me agradara pero la mirada que me lanzó fue una agresión no verbal bastante clara.

-Buenos días, Hermano Mayor-saludé a Amshel. Besó mi frente y entró-. Señor Alyosha, un placer verlo de nuevo.

   Velkam entró detrás de mi hermano, dio media vuelta y miró la mano que le había extendido.

-El placer no es mutuo, la última vez que nos vimos fue en un cementerio donde sepultábamos a una de las tías de mi hija a la que tú mataste. Llegaste y nos echaste a una horda de neófitos encima después de que tu hermana asesinara a un amigo muy querido, así que olvida los formalismos, Ivel.

   Retiré la mano haciendo un "Wow!" silencioso cuando me dio la espalda rechazando el estrecharla.

-Pues perdón por intentar hacerle creer a mi padre que estoy de su lado, implica hacer cosas malas, ¿sabes?-Ambos se sentaron en el sofá, y yo en otro sillón frente a ellos. 
-Tú pareces disfrutar haciéndolas-replicó Velkam. Mi hermano asintió apoyando sus palabras.

-Peeeero, funcionó lo que Azana y yo hicimos, Declan está en su hogar y tengo información sobre Luna Giraldo que no les revelaré porque es confidencial. 

-¿Qué? No puedes soltar algo así  y decir que es confidencial cuando conocemos a sus hermanos-dijo Velkam.

-Se la debo a alguien más antes que a ustedes. ¿En qué puedo ayudarles?

    Velkam observó el apartamento.

-Encantador lugar para la esposa del hombre más importante del mundo-comentó. Lo ignoré, y miré a mi hermano-. Sí, Amshel, dile a qué hemos venido. No soporto un minuto más en su presencia.

-Antes nos llevábamos bien-dije.

-Antes eras persona-replicó.

-Parecen dos niños-se quejó Amshel-. Lo vi a Eloah, Iv, está ocupando un nuevo cuerpo. Tiene un nuevo rostro. Y aunque el cuerpo humano lo limita sigue siendo peligroso, posee formas de controlar a quien desee.

-¿Qué te hizo?-pregunté, preocupada por mi hermano.

-He venido a advertirte, despertó el instinto sanguinario del Elohim en mí, perdí el control y herí a una amiga, casi le hago daño a Velkam también.

   Mis hermanos y yo eramos mitad humanos, los Elohim suelen alimentarse de sangre humana, en nosotros ese instinto sanguinario estaba restringido, apaciguado por la mitad que predominaba. Significaba que Eloah había roto la fina línea que nos diferenciaba del resto de Sus Ángeles, por ser mestizos.

-¿Le has dicho a tu padre lo que sabes? ¿Le contaste que Eloah está vivo y usurpando cuerpos? ¿Que nunca tuvo un hermano llamado Luzbel porque fue Eloah todo el tiempo ejerciendo el papel de Dios y el Diablo?

-Por supuesto que no, Azana y yo aún estamos asimilando la historia de nuestra familia, actuando a dos bandas conforme vamos descubriendo la farsa que somos. No es fácil aceptar que somos los villanos, que nuestra madre tal vez perteneció a otro sitio y Eloah la trajo contra su voluntad, ¿cómo superas la posibilidad de que el cuerpo de tu madre era en realidad una prisión que encerraba a un ser que no pidió estar aquí?-Velkam ablandó la mirada-. No pensaste que también tengo sentimientos, ¿no?

-Buenos días, caballeros-dijo Josh. Amshel se levantó y le estrechó la mano, le presentó a Velkam después-. El señor Alyosha, dueño de la cadena de hoteles, si no me equivoco.

-Cadena de hoteles que está hecha polvo, muchas gracias por empezar una innecesaria guerra, por cierto-contestó el sarcástico Blood Drynka.

-Lamentablemente es necesaria para algunos, yo sólo estoy cumpliendo con el destino que me fue impuesto e intentando salir de él-contestó Josh, inclinándose para depositar un beso en mi frente. Se sentó en el reposabrazos del sillón donde me hallaba sentada; me levanté para servirles del licor especial que mi esposo tenía en la mesita de centro, le dije que cogiera el sillón pues iría a por unos bocadillos-. Es un cuento viejo el de crear caos para instaurar un nuevo orden sin necesidad de ser tan drástico y destruir todo lo que ha creado-le oí decir-, como hizo en el pasado.-Las primeras prueba y error. En la actualidad era más meticuloso, y los humanos fluctuaban entre la evolución y degradación de la especie proporcionándole mayor poder al Creador. Un círculo vicioso que le favorecía, en Assiah todo le era favorable, una razón más para actuar con prudencia-. Eloah fue práctico, ha hecho que sus criaturas se destruyan entre sí, y empieza de nuevo sin hacer polvo el esfuerzo que le significó crear Assiah, sale beneficiado en proporciones que ni se imaginan; antes de mí existieron otros anticristos, reyes terrenales nacidos para sembrar el caos bajo la bendición de Eloah. No soy el primero aunque tal vez sea el último, si jugamos bien las cartas. Así que le pido, por favor, respeto, señor Alyosha, tenemos enemigos en común y peleándonos entre nosotros no ganaremos nada-habló con voz pausada y sin retirarle la mirada a Velkam, me encontraba de pie detrás de él después de dejar en la mesa una bandeja con el desayuno.

-Una tregua no estaría mal, Velkam-añadí-. Todos en esta habitación queremos lo mismo.-Me senté en el reposabrazos, Josh me rodeó la cintura entrelazando luego su mano con la mía-. ¿Por qué no me dijiste por teléfono que lo habías visto y lo que te había hecho?-le pregunté a mi hermano-. Tan sólo me contaste que Sahar había dado ciertas órdenes a los Guerreros Spýrito.

-Son cosas que deben hablarse en persona-respondió Amshel-. Azana también debe ser advertida.

-Yo lo haré, le diré lo que ha pasado para que tome medidas.-Amshel asintió, cogiendo un tocino-. ¿Cómo está Sahar?

    Velkam y mi hermano se miraron, Amshel se aclaró la garganta pero fue el Blood Drynka quien habló.

-No lo sabemos con exactitud, nos separamos hace cuatro noches-le tocó explicar porque enfoqué a mi hermano sin entender a qué se debía, y fue otra cosa que no me mencionó cuando hablamos por teléfono el día después del evento en la Basílica-. La única información con la que contamos es que el lugar donde estaba fue atacado por Elohim.

   Encontré extraña su tranquilidad, era una especie de mensaje en código para que supiera que todo estaba bien respecto a ella. Mientras menos supiera yo sobre ese particular, mejor.

-Murdoch y yo nos encontramos con Amelia en el evento que se llevó a cabo en la Basílica-dije.

-¿Qué hacía allí?-preguntó Amshel.

-¿Se enteró de algún modo y quiso asistir para ver a la cara de Josh? ¡Qué sé yo por qué Amelia hace las cosas que hace!-Saqué la llave de la armería que tenía en el bolsillo de mi pantalón, había decidido llevársela a Amelia con una mala noticia-. Encontré esta llave entre las cosas de Mikhael, Amelia sabía qué puerta abría y dejó que yo le hiciera el favor de buscarla por ella. ¿Te acuerdas de la historia que nos contaba madre sobre las armas que alguna vez se forjaron para aniquilar a los Elohim?

-Por supuesto-dijo Amshel.

-Esta llave abría la armería donde estaban guardadas, Amelia tenía una y Eloah, quien en ese tiempo confiaba en ella, tenía otra. La de Eloah seguro está en las manos de Azazel, así como una de las armas que fue con la que asesinaron a Mikhael. Fui al lugar donde se supone debía estar la armería, y digo debía porque ya no queda nada, ni ruinas. Nada más la arena de Las Noches.

-¿Fuiste hasta Las Noches sola?-preguntaron Velkam y Amshel al unísono.

-Sí, pero presten atención. Azazel destruyó las armas o las movió a otro lugar, como haya sido una u otra sólo tenemos acceso a un arma y es la que está en poder de Amara. Con la de papá no contamos porque ahora mismo sería imposible robarla, y de hacerlo seguiríamos en las mismas porque son Legiones de Elohim contra dos espadas.

-Algo es mejor que nada, cariño-dijo Josh.

-Estoy de acuerdo, sé dónde se encuentra Amara hablaré con ella....

-En realidad, Amshel, donde crees que está no está-susurré.

-Sin acertijos, Ivel.

-Amara está en un lugar seguro con Dussollier, y la última vez que vi a Amelia estaba en Hamburgo profanando tumbas muy al estilo Indiana Jones.

    Velkam se levantó nervioso, no se tomó bien la noticia.

-¿Amelia anda deambulando sola por ahí?-dijo, cruzándose de brazos-. Eloah salió de su escondite, ¿y Amelia está sola? Tenemos que encontrarla antes de que Él lo haga, ya envió a uno de sus lacayos a matarla una vez, pero falló y quien terminó muerto fue Dorian Carlysle, si la encuentra antes que nosotros primero la tortura y luego la asesina sin posibilidad a nada más.

-Tenía planeado buscarla nada más acabar de desayunar, quedamos de vernos.
-Voy contigo-se ofreció mi hermano después de lo cual se bebió el licor de su vaso de un trago. 

-No, estoy segura de que quiero ir sola.

    Amshel y Josh se levantaron al mismo tiempo.

-Eso no será posible, Iv, la señorita Carlysle puede estar sola como puede estar con Eloah-dijo Josh-. Me niego a que te expongas de esa manera, vas con tu hermano o no vas, piensa lo que estás arriesgando y deja que alguien te acompañe, por favor.
    Vi a Amshel, había hecho un extraño ruido con la boca. Acababa de notar algo.

-¿Qué te pasa?-le pregunté.
-¿Estamos cuidando algún tesorito secreto por aquí? ¿Algo así como un anticristo en pequeño, un sobrino?
    Enarqué las cejas sorprendida por cómo había captado al vuelo las razones de la negativa de mi esposo, Joshua me cuidaba pero Amshel había notado en nuestras últimas conversaciones, antes de enterarnos que seríamos padres, que Josh me dejaba hacer o actuar como yo quisiera.
-Ni siquiera me esforzaré en mentir, igual te darías cuenta-dije sonriendo de oreja a oreja. Cambié mi expresión en un segundo-. No lo divulguen-los amenacé a él y a Velkam, señalándolos con el dedo índice.

     Amshel me cargó sin avisar, Josh comenzó a decirle que fuese cuidadoso.

-Es demasiado bueno para ser verdad-sonrió mi hermano, devolviéndome al suelo-. ¿Azana lo sabe?

-No, es muy prematuro todo y no es conveniente que se sepa por todo lo que nos rodea-explicó Josh-. No irás sola-volvió con el tema-, acepta que tu hermano te acompañe.

   Era por mi bien y el de nuestra hija así que accedí a llevar a alguien para no preocuparlos a ninguno de los dos.

-Süleyman, mi kunvokos vi venis. Iru al la voko de via Owner-"Süleyman, yo te invoco. Ven, acude al llamado de tu Dueña", recité y mi pedido tuvo respuesta. Velkam era el único confundido allí cuando un joven salió de entre un velo de niebla negra; su cabello negro y largo hasta los hombros era espeso, grandes ojos oscuros como la noche enmarcados por delineadas cejas negras, tenía unos preciosos rasgos egipcios, vestía de negro el bien llamado Princo de Dezertoj: Príncipe de los Desiertos. Mi escolta personal y leal amigo-. Süleyman, convence a mi hermano y a mi esposo de que estaré bien cuidada por ti.

-Primero muerto que dejar que algo le pase, Mia Lordoj-les aseguró el muchacho.

-Ahora que los dos hombres más importantes de mi vida están satisfechos, nos retiramos. Dime, ¿es nuevo ese traje?-le pregunté a Süleyman mientras desaparecíamos.

                   





















  





Hamburgo, Alemania
Amelia

   Me encontraba mareada por el efecto del ritual que Eloah practicó en mí, al menos Lucius estaba bien y me hizo caso cuando le grité que se marchara antes de quedarse encerrado dentro del pentagrama que el Demiurgo había creado en esa posada. La muerte de las siete personas dentro del local fueron sacrificios para que la magia ritual fuese más efectiva, la sangre de inocentes y su energía espiritual de la que Él necesitaba alimentarse para mantener sus fuerzas durante el proceso, después de todo estaba usurpando un cuerpo humano, los límites lograba romperlos por un reducido tiempo con los cuidadosos pero sangrientos pasos que daba.
    En cambio, si estuviese en su forma real la energía espiritual sólo lo haría crecer en poder, que era su propósito, igualar o superar a Sahar para quitarla de en medio y ser el Único.
    Podía verlo sentado al otro lado de la mesa, distinguía muy bien su rostro, había encendido la chimenea a sus espaldas y el plato delante de él estaba vacío con un zumo a medio acabar. Su quietud descolocaría a cualquiera, pero yo le conocía, ¡oh, sí qué lo conocía! Meditaba muy bien el próximo movimiento que haría, era como Sahar en ese aspecto, ella calculaba todo lo que decía y hacía. Inquietaba que enfrentar a Eloah a veces se sentía como enfrentarla a ella, y no era extraño que Sahar también lo pensara: se está enfrentando a sí misma.
   Sin embargo existía una enorme diferencia: Eloah era sanguinario, un monstruo espeluznante que no dudaba en usar a su familia para lograr sus fines porque no conocía el amor, en cambio Sahar, si podía, evitaba ponernos en riesgo por amarnos demasiado. El Demiurgo quería llevarla hasta el punto de convertirla en Él, y allí, en esa degradación, la acabaría. 
   No lo lograría, nunca lo lograría. Me repetía mentalmente.
   Respiraba, sí, era una respiración muy pesada, dolorosa. No podía mover mi cuerpo, tenía una marca en el antebrazo que sangraba el rojo color de la agonía. Pero estaba acostumbrada al dolor, lo he sentido en todas sus formas a través de los siglos, y en esta Era lo experimenté con mayor ahínco desde mi niñez. Esta herida no era nada.

-Desaparecerá-dijo, rompiendo el hilo de sus cavilaciones. Tamborileó sobre la mesa con los dedos de su mano derecha, Sahar hacía exactamente lo mismo con los dedos de la mano izquierda cuando estaba enfadada o pensativa, era un tic sobrecogedor debido al incesante sonido, rítmico, pero no de una forma que gustara sino que atemorizaba-. Desaparecerá de tu piel y se tatuará dentro, allí donde sigue Espíritu, pudiste haber despertado y descubierto la Verdad, lo que no significa que seas inmortal. Sin muerte no hay resurrección, sin resurrección no hay inmortalidad.

-Creí que me querías muerta-respondí. Hablar sí podía-. Enviaste a una súcubo a hacer tu trabajo sucio cuando descubriste quién fui, lo que supuse para ti en el pasado debió traumatizarte para querer matarme-me burlé.

-Verás, Amelia, soy muy voluble dependiendo de cómo voy viendo el ambiente que se va presentando ante mí. Decidí que es mejor someterte de nuevo, tengo a dos de tus hermanos de mi lado, tú, que eres el Caballo de la Reina, eres una pieza sumamente de interés para mí.

-No sé de qué forma pueda servirte, digo, en tiempos pasados tu control sobre mí nunca fue duradero-sonreí.

-Tal vez no trabajé lo suficiente mi influencia en ti, Eglee también rompía el control pero poco a poco fue sometiéndose, se rindió a mí y me dio un hijo.

-Un hijo que le fue más leal a Sahar que a ti, ¿no te revienta saber que uno de tus hijos prefirió a Sahar?

     Eloah sonrió, pero yo sabía que había puesto el dedo en la llaga.
    La puerta se abrió, un hombre entró y se arrodilló ante Él, al levantarse me miró de reojo.

-Señor, las Fuentes alrededor de Joshua Murdoch informan que su nieto está con él ahora mismo.

-Amshel está con Sahar, y ¿será que Sahar lo envió a ver a mi futura vasija? ¿De qué va esto, Amelia?-No respondí, es que no tenía ni idea de los últimos movimientos de Sahar, salvo el enviar a Casa a los Guerreros Spýrito.

-Creo que sólo es una reunión formal, Señor, considerando que Ivel está casada con Murdoch-aventuró el hombre.

     Eloah rió por lo bajo, socarrón.

-¿Crees?-susurró-. ¿Crees que es una "reunión formal"? Ustedes no se dan cuenta de los tiempos que corren, ¿no? Amshel está conspirando en mi contra con Sahar, no hay reunión formal que valga. 
     Cogió un cuchillo que tenía al lado de su plato y se lo clavó en el cuello a su sirviente. La sangre salpicó en su mejilla, con la punta de la lengua lamió un poco de ésta mientras el sirviente se desplomaba en el suelo, sin vida.

-Los humanos son útiles para algunos mandados terranos, en otras circunstancias son tan inservibles.-Le puso la mano en la frente, y algo pareció subir a través de ella, sus ojos brillaron en un fuego azul para luego volverse muy negros-. Lo poco que puedo hacer desde este cuerpo, parezco una bacteria ocupando cuerpos-rió-. Quiero que seas mis ojos, no puedo acercarme lo suficiente a Sahar, pero tú sí. Algo trama, todo este movimiento de los Guerreros Espíritu hacia el Origen no me parece más que una orden de ella, y me da la sensación de que recuperó su memoria, eso no me conviene, necesito que vuelva a caer. Me hará las cosas sencillas.

-Es gracioso que pienses que puedes vencer, y más gracioso aún el que creas que yo te ayudaré.

-Lo harás, me darás acceso a tu mente, a cada pensamiento, a tu vista. Es que Sahar es un punto ciego, es divertido pero frustrante, sin embargo contigo cerca podré ver a través de tus preciosos ojos-sonrió, acercó su rostro al mío, ganas no me faltaron de golpearlo pero no podía moverme-. Amelia, Amelia, Amelia, el Caballo de la Reina, una pieza fundamental para mantenerme en la cima. Encontré una forma de hacerme cada vez más poderoso, un sistema que expandiré hasta el Origen y sus mundos hermanos. Este Sistema arropará al Arquetipo.

-No eres más que materia, al igual que tu sistema lo es y el Origen rechaza la materia, la destruye. Tu Sistema no sobreviviría ni cinco segundos en mi Hogar.

-Sólo necesito tiempo. Y la cabeza de Sahar en una charola.

     Me dio la espalda y al hacerlo sentí que algo rozó mi rostro, Él se dio la vuelta cogiendo en el aire la flecha que iba dirigida a Su persona, ésta estalló en su mano.
     
-Amelia-dijo Ivel, apareciendo a mi lado-. Vamos, levantáte tenemos que irnos.

-¿Cómo...? Es que yo no, no puedo moverme.

    Ivel se quedó ojiplática mirando la marca en mi antebrazo.

-Él tampoco pero será corto el tiempo que esté así, Süleyman cárgala y no la sueltes bajo ningún concepto-le ordenó a un joven que la acompañaba.

-Damita, debemos marcharnos ya-habló el muchacho con un acento extraño, levantándome en brazos-. Vuestro hermano no querría que nos enfrentemos a Él, tu seguridad es primero-le instó, al ver que Ivel no dejaba de mirar a Eloah.

-Vamos-murmuró ella.

-¿Cómo le haces para hallarme?-le pregunté.

-Sabía que seguías en Hamburgo, Alemania no tiene aeropuertos abiertos en estos días-respondió, abriendo la puerta.

    La luz del sol nos cegó, al recuperar la vista noté que no estábamos en la ciudad sino en un bosque; Ivel detuvo a su acompañante nada más salir, Eloah nos cerraba el paso.     
-¡Buuu!-dijo, burlándose de nosotros-. ¿Adónde creen que van?

-Lejos de ti-susurró Ivel.

    Eloah chascó la lengua, sacó algo del bolsillo de su saco, un objeto que parecía estar desarmado, roto. 
-Creo que esto es tuyo, cariño-le dijo a la muchacha, cogiendo su mano y poniendo el objeto en ella, dejó caer una tuerca encima y enseguida el fuego consumió aquél extraño aparato-. Tu amiga la Maga te enseñó a fabricarlo para probar algo, ¿no? Me quieres lejos de Murdoch y con esto pensaste que podías alejarme, encerrándome allí durante el proceso de el Urushdaur, pero no nos arriesguemos demasiado, Ivel, no hay lugar donde pueda estar encerrado por mucho tiempo. Soy Eloah, Dios Creador, El Único, nada puede vencerme.

-No has llegado a eso todavía, Sahar sigue existiendo-intervine.

-Luego ya no-sonrió Eloah caminando por el espacio que se abría frente a nosotros. Empezó a nevar de la nada, la luz del sol fue decayendo dejando un cielo gris sobre nosotros.

   Ivel se paró frente a Él, noté que su acompañante se puso tenso. Sabía que debía ser importante para el llamado Süleyman cuidar de ella, pero su visible preocupación era producto de otra cosa, tenía esa sensación.

-Nunca te hemos importado, todo este tiempo creí estar haciendo lo correcto....
-Y lo estabas haciendo, cariño, es cuestión de perspectiva. Todo lo que hago es por y para nosotros.-En la mano izquierda de Ivel se materializó una espada negra, la nieve dejó de caer, los copos quedaron suspendidos en el aire como si el tiempo se hubiese detenido-. Amshel y tú se han estado portando muy mal, Ivel, no estoy nada contento y Azazel tampoco lo estará. La lealtad entre nosotros.....

-¿Lealtad? ¿Qué sabes tú de lealtad? Nos mentiste, usaste seres de otro mundo para crear éste, no digas que es para nuestro beneficio porque sé que muchos no estuvieron de acuerdo y a esos que se opusieron a ti los mataste. ¡Tu propia familia!-exclamó Ivel. La nieve volvió a caer con normalidad-. Los Elohim eran tu creación, pero a tus ojos eran una pobre imitación tuya, Caballos de Guerra, Sombras como tú que siempre quisiste ser más, que quieres ser más pero no puedes si no hay muerte y destrucción que te alimenten. Y nos has usado para ello, porque eso somos: Criaturas de tu uso personal, Criaturas de quita y pon. Eres el Caos.
   El rostro de Eloah se descompuso, pero tanto Ivel como yo sabíamos que sus palabras no provocaron nada en Él.
-Lo soy-susurró. La expresión de culpabilidad no engañaba a nadie.

    Ivel apretó la empuñadura de su espada.
-Pero se te olvida que somos una familia, Azazel es mi hijo, y tus hermanos y tú son sangre de mi sangre, y carne de mi carne. ¿No los hace eso parte de mí? Y Todo lo que es parte del Creador retorna al Creador.
      No se podía ser más del asco, después de su amenaza soltó una carcajada burlándose de Ivel. 
   Hizo aparecer una daga en su mano mientras reía, volvió a tomar de la mano a la chica, se hizo un corte en el dedo índice y dejó caer una gota de sangre negra que al tocar la piel de Ivel se evaporó.

-Se supone que eso no debería pasar-susurró Eloah. Dio un paso atrás.

-¿Querías probar alguna cosa?-inquirió Ivel.

     Eloah empezó a caminar observándome, y luego a Ivel.
 

-¿Sabes por qué elegí a Joshua Murdoch como mi representante en esta era?-preguntó-. Porque es hijo de Medea la sobrina de la magnífica Circe, sangre Elohim corre por sus venas. E hijo de Rosen, uno de mis aliados, un Spýrito que traicionó a los suyos; por tanto, Espíritu y Materia convergen en tu esposo y es maleable, perfectamente Josh puede entrar al Origen si lo desea sin ser destruido, la primera y última vez que algo así se llevó a cabo fue con Eglee, ella me dio a Mikhael y éste me dio la espalda. Pero Josh, o incluso tu bebita....

   Las dos palabras juntas hicieron eco: Tu bebita. Ivel estaba embarazada de Murdoch, con razón su Guarda estaba tan preocupado.

-.....una nueva raza bajo mi mando, Espíritu y Materia en un mismo ser.-Ivel me miró impasible-. Mi ejército. Después de intentarlo vez tras vez al fin dio resultado, y encima algo que no esperaba, la nena que llevas en el vientre-le dijo a Ivel-. ¿Ves como el Origen sí aceptará mi Sistema, Lucifer?-me preguntó con su maldita sonrisa burlona en los labios-. Puedo tomar el cuerpo de Murdoch como tenía previsto, o el de la niña que esperas. Mi nuevo Avatar.

-Te vas a quedar con las ganas-dijo Ivel yéndosele encima y blandiendo la espada en diagonal, Eloah la esquivó.

-Como Félix te enseñé a manejar la espada, Ivel, todo lo que sabes, todo lo que conoces yo te lo enseñé-le decía Eloah a Ivel. Félix debía ser algún hombre que ella conoció en el pasado.

-Ayúdala-le susurré a Süleyman, yo seguía sin poder moverme.

-Ella me ordenó que no la soltara....

-Mi primer instinto es dejar que pierda a la bebé, pero esa bebé sigue siendo una de los míos así que ayúdala, por favor-dije al borde de la súplica.

     Süleyman me dejó en el suelo con cuidado y se lanzó contra Eloah, quien ahora llevaba una espada en la mano y hacía frente a Ivel. La nieve había dejado de caer, desapareció todo indicio de su caída. El viento sopló muy fuerte.
      Con Murdoch al frente Eloah podía entrar al Origen sin que éste rechazara su naturaleza, su verdadero cuerpo siempre fue rechazado, opuesto a lo que era mi Hogar y a lo que éramos los Espíritu. No convergían. Pero ahora.....
     Süleyman llegó a herirlo en la pierna, Eloah lo elevó en el aire y lo hizo estrellarse contra un árbol.
      El joven cayó al suelo, e Ivel aprovechó y le cortó la mano a su abuelo de un tajo para luego enterrarla en su abdomen de una estocada.

-Mi hija está fuera de tu alcance, no somos tus juguetes-le dijo, sacando la espada y yendo a por Süleyman. Eloah desapareció con la única mano que le quedaba intentando parar la hemorragia-. ¿Estás bien, Amelia?-me preguntó ella acercándose a mí.

-Sí, pero ¿y tú? Lo que hiciste fue peligroso en tu estado-dije mientras Süleyman volvía a cargarme.

     Ivel se tocó el vientre, la espada se esfumó de su otra mano. 

-Ella está bien, puedo sentirla-respondió sonriendo.

-Ahora sabe, Damita, lo delicado de su situación. Por lo que entendí puede no desarrollarse por completo si antes sólo funcionó con mi Señor Mikhael-intervino Süleyman preocupado por Su Señora.

    Nos desvanecimos después de que ella suspirara y nos cogiera de la mano-a mí-y tocara el brazo de su Guarda.
  Süleyman me depositó en el sofá del piso al que nos vimos trasladados, un lugar donde se sentía la calidez de quienes allí vivían, era pequeño pero ameno; vi la fotografía donde Murdoch e Ivel salían sonrientes con un lago al fondo, estaba a mi lado en una mesita. 
    Ivel procuró cerrar las cortinas y Su Guarda se paró en varios puntos de la estancia, debía estar reforzando la protección sobre aquél lugar.

-Antes nadie conocía este sitio, Murdoch y yo llevábamos una vida normal cuando estábamos aquí-explicó ella-. Ahora es el centro mundial de lo sobrenatural.-Se sentó enfrente mío, en una mesa que estaba al centro de la estancia-. Pronto recuperarás el movimiento, pero eso es preocupante-señaló, mirando la marca que Eloah me hizo.

-Dijo que sería sus ojos, entrará en mi mente, quiere conocer los movimientos que Sahar haga. Si antes no quería acercarme a ella, ahora es prioridad.

-Pudo practicar un ritual en ti, pero no funcionará del todo si tú no lo dejas, y estoy segura de que eres más fuerte que esto.

     Sonreí sin muchas ganas.

-Su sangre se evaporó al tocar tu piel-comenté refiriéndome a lo que ocurrió cuando Eloah dejó caer su sangre en su mano-. La naturaleza inicial de tu hija se manifestó a través de ti. Si Él dice que convergen debe ser que al ir desarrollándose se adaptará a su naturaleza mestiza, como Murdoch.

-Murdoch y yo nunca nos hicimos daño, y mi niña tampoco me lo ha hecho, y soy Elohim.

-Eres mestiza también, tengo entendido que mitad humana. En Murdoch y en tu niña debe predominar materia contigo cerca, y no se destruyen entre sí. Con Eloah pasó distinto porque tu hija no nata debió sentir algo muy malo, buscó protegerse y protegerte, entonces dominó Espíritu. Fluctúan-dije pensativa-. Es asombroso-susurré.

-¿En serio lo crees?-preguntó, escribiendo un mensaje desde su teléfono móvil-. Oí lo que le dijiste a Süleyman, lo que tu primer instinto te dictaba.-Guardó el móvil en el bolsillo de su chaqueta-. ¿Deseas que muera? ¿Sahar desearía lo mismo? Porque entonces seremos enemigas.

-Nadie desea que muera, Ivel-dije-. Sí puede ser dañino porque si, como dije, fluctúan las naturalezas, no nos conviene a ninguno un poder así, una raza así. Inestable, y además inmortal como lo es Espíritu.

-Ella no será inestable, y no será mala. Nadie nace siendo malo.

     Dejé escapar una sonrisa.

-Sahar dice lo mismo.

     Ella suspiró.

-Lo que sí me preocupa es que Eloah vuelva reclamándola, o que usurpe su cuerpo o el de Murdoch. Llevo un prospecto de Avatar dentro de mí.

-Vivir preocupándote puede ser perjudicial, tu bebé te necesita bien, ¿entiendes? Nadie la tomará, pero pienso también en que Eloah pueda ir con tu padre y contarle....

-No, sería como entregarle la llave del Origen a alguien más y ahora que conozco cómo es en realidad, no compartiría una información tan importante con terceros, le conviene mantener a Azazel vivo pero eso no significa que le facilitará hacerse más poderoso que él.-Puso la llave de la armería a su lado en la mesa-. Hablando de llaves, fui a Las Noches, Amelia. No hay nada que nos asegure que allí hubo una construcción alguna vez, mi padre se aseguró de que así fuera.

-Dos armas a nuestra disposición, eso si robamos la de Azazel, y Legiones de Elohim. Vaya mierda-solté.

     La vi dudar sobre algo más.

-Luna y Dorian sí están en el mundo donde los muertos esperan, sin quererlo, que se cumpla el ciclo-dijo levantándose-. Mi conocido intentará sacarlos de allí, pero hay Pesquisas cada tanto, son Elohim que vigilan el comportamiento de los Roamý, los solitarios, llamados así porque no se encuentran entre ellos allá donde están. Los Pesquisas los castigan basados en el comportamiento que hayan tenido en Assiah, lo sé ahora.

-Para que aprendan a no rebelarse, yo pasé por eso, pero de la mano del mismo Eloah-dije recordando-. ¿Los Pesquisas encontraron a Luna y a Dorian?

-No, mi conocido tampoco, sabe que están allí porque percibe cambios, pequeños cambios que no deberían ser.

    Luna y Dorian tienen que encontrar la forma de ir a Casa. Como sea.

-Te prometo que irán al Origen sin mayores percances, mi conocido los sacará de allí-aseguró Ivel caminando hacia la puerta.

-¿Es de fiar?

-Sí.

   Oí unos pasos y la puerta al cerrarse. Tras eso vi a Amshel parado frente a mí. 

-No te ves nada bien, rubia-comentó.

-Agradécele a tu malévolo abuelo-repliqué. 

    Ivel se sentó a mi vera, pensativa se llevó una mano al vientre.

-Quiere a mi niña, Hermano Mayor-susurró-. Eloah quiere a mi hija.

    Amshel frunció el ceño, estaba confundido y contrariado por la noticia. Si Ivel se lo soltó de ese modo es porque él ya sabía de la existencia de la bebé, un círculo muy cerrado debía ser conocedor de esa buena y mala espera.            

3 comentarios:

  1. ¿Así que el Demiurgo impostor es quien practica la magia negra? Que ironía.
    Me sigue disgustando tu homonima. Me alegré como recibió el enterarse de las verdaderas intenciones de Eloah.
    Es que Medea llegó a caerme casi tan bien como Circe.
    Acá vendría bien una revancha violenta.

    Como me hiciste enganchar con tu historia.
    Besos.

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    1. Él se vale de lo que esté a su alcance y lo usa para sí, ¿qué otra magia puede nacer de él que no sea la negra? buajajaja xD ;)
      Y a mí me sigue gustando que te disguste :) A veces es muy bitch xD
      Medea fue un amor, no pudo cuidar de sus hijos como le hubiese gustado, terminando uno de ellos en las garras de la Élite, y es una lástima.

      Qué bueno que sigas enganchado a ella, mi buen amigo. Me anima mucho ;)
      ¡Besazos!

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  2. Hay una canción de Spinetta que dice que el bien trae el mal, podría aplicarse en tu historia donde hay un Dios que no tiene buenas intenciones y donde al parecer todos mezclan esas intenciones, a veces buenas, a veces malas según los intereses de cada cual.

    Besos dulces Señorita Escritora.

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